Los Millennials: la generación que cambió la manera en la que entendemos el trabajo

Millenials

Según Deloitte, en el año 2025, los Millenials constituirán el 75% de la fuerza de trabajo a nivel mundial.

Esto implica que este colectivo será mayoría en las organizaciones en uno puñado de años, conviviendo con otras generaciones; los baby boomers, los nacidos entre 1945 y 1965, los denominados Generación X y nacidos entre 1965 y 1980 y los últimos en llegar al mercado de trabajo: la generación Z que han nacido entre 1994 y 2010.

Las diferencias entre estas tres generaciones son bastante significativas, en lo que a expectativas y valores en el puesto de trabajo se refiere, poniendo de manifiesto que la llamada generación Millenial tiene unos objetivos muy diferentes, sobre todo, a las generaciones previas.

Lo cierto es que en estos últimos años se está produciendo un efecto bastante llamativo en las organizaciones.

A medida que los Millenials van integrándose a las empresas cada vez más empleados que aparentemente pertenecen a otras generaciones empiezan a adoptar características propias de los Millenilas empezando a demandar a sus organizaciones algo más que un salario a cambio de un trabajo.

Es la revolución silenciosa que poco a poco va apoderándose de las organizaciones y cuyos efectos tardaremos todavía un tiempo en poder ver.

Los Millenials y la revolución silenciosa en las organizaciones

Hay dos aspectos muy relevantes a tener en cuenta:

Se trata de una revolución porque cada vez hay más empleados y colaboradores que, independientemente de la generación a la que pertenezcan, han decidido dejar de vivir bajo las encorsetadas ideas de las empresas del siglo XX, pese a que ya estemos en el XXI, que buscan aire fresco y nuevas formas de trabajar.

Este es el caso, por ejemplo, de nuevos tipos de trabajadores que han ido surgiendo en estos últimos años como consecuencia de los cambios que han introducido las redes sociales: son los llamados social networkers o los knowmads, profesionales que conciben el conocimiento, las redes sociales y el cambio como su razón de ser en las organizaciones.

Y es silenciosa porque estas personas van abandonando de forma sigilosa las empresas donde han estado trabajado desde hace mucho tiempo para, en algunos casos, lanzarse a la incertidumbre de trabajar para ellos mismos, muchas veces fruto de la falta de proyección y de posibilidades que las organizaciones no están siendo capaces de ofrecer para que permanezcan en sus plantillas. Y en otras ocasiones, buscando nuevos modelos de organizaciones mucho más flexibles, ágiles y alineadas con sus valores

Esto es, precisamente, lo más preocupante de todo: la progresiva descapitalización de talento que se está produciendo en las empresas sin que estas parezca que se estén dando cuenta y sin que previsiblemente exista en el mercado talento suficiente como para hacer frente a las necesidades de las organizaciones.

 

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Fuente: Freepik

4 lecciones que toda empresa necesita aprender de los Millenials 

Ahora bien, ¿qué tipo de lecciones pueden aprender las empresas de los Millenilas?

Los Millenials necesitan trabajar en empresas donde sientan que sus valores personales están alineados con los de ésta:

A diferencia de lo que ocurre con las generaciones previas, la “generación Y” tiene muy claro que la empresa para la que trabajen tiene que aportar algo a la comunidad, que aporte algo diferente a las personas, que sea justa y ética.

El reto para las empresas será ver si son capaces de empezar a mostrarse mucho más transparentes y acorde a los valores que tantas veces promulgan a través de sus páginas webs para que este tipo de empleados las vean como lugares atractivos para trabajar.

En definitiva, es más que necesario el tránsito de las empresas de las actuales estructuras arcaicas y jerarquizada a otras mucho más planas, flexibles y abiertas que faciliten la llegada de este tipo de nuevos trabajadores.

La tecnología, las redes sociales y la red son su habitat natural:

Todavía hoy en día muchas organizaciones ni se plantean la necesidad de estar digitalizadas y ni mucho menos facilitan que sus colaboradores puedan trabajar de forma conectada más allá de un correo electrónico o del ERP de turno.

El acceso a las redes sociales se tiende a ver todavía como una amenaza en muchas organizaciones por la facilidad de poder compartir e intercambiar información.

Hoy en día la información ya no es poder como hace unos años.

Las redes sociales han democratizado el acceso a información con lo que tratar de limitar el acceso a ésta no deja de ser una actitud que juega claramente en contra de la evolución y la transformación de las empresas.

Trabajar significa conciliar, divertirse y oportunidades para el desarrollo profesional:

Estas nuevas generaciones no conciben el trabajo como el eje fundamental de la vida sino como una parte que les permite poder obtener otras cosas.

Vivir para trabajar no forma parte de las ideas de los Millenials sino más bien trabajar para vivir.

Ahora bien, la necesidad de disfrutar en el trabajo, de divertirse y de ser creativos requiere de organizaciones que sean capaces de entenderlo y de poner las condiciones adecuadas para que el potencial puede desarrollarse con toda plenitud, de lo contrario se sentirán ahogados y rápidamente buscarán nuevos espacios en los que sentirse que su talento puede fluir.

La ecuación trabajo=salario ya no funciona:

Los Millenials no trabajan por dinero únicamente.

Trabajan por elementos intangibles como puede ser la proyección profesional, poder contribuir a hacer mejor su entorno con su trabajo e incluso convertirse en líderes.

La forma de atraer este tipo de personas a las organizaciones será mediante una adecuada estrategia de employer branding, donde la propuesta de valor al empleado (PVE) esté bien construida, sea atractiva y sea claramente conocida de forma previa a la incorporación a la organización.

Su nivel de compromiso estará intrínsecamente relacionado con lo que la empresa esté dispuesta a ofrecer para fidelizarlos, pudiendo llegar a convertirse en auténticos embajadores de marca.

La realidad es que cada vez más nos encontramos en las organizaciones con personas que se ajustan a estas características sin pertenecer a la generación Millenial, personas que se han dejado seducir por las posibilidad de dotar a su vida profesional de un sentido que durante mucho tiempo no han tenido.

Personas que han decidido poner su talento a disposición de aquellas organizaciones que sí sean capaces de apreciarlo y valorarlo.

¡Bienvenid@ a la revolución silenciosa!

Isabel Iglesias
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isabel.iglesias

Nací un solsticio de invierno en una de las mejores décadas del siglo pasado: los 70. Tuve la gran fortuna de pasar una gran parte de mi infancia en Las Palmas de Gran Canaria, al que tengo que agradecerle mi amor por el mar, el sol y la arena. Según cuentan los que me conocían, ya desde pequeña demostré un sentido elevado de la justicia y, como no podía ser de otra manera, acabé estudiando Derecho en la Universidad Autónoma de Madrid. Sin embargo, y como suele ser habitual, la vida no suele ser como esperábamos y al poco de empezar Derecho tuve claro que jamás ejercería la abogacía. Aquello me hizo replantearme qué quería hacer que pudiese estar conectado con el derecho y las personas. Fue casi acabando la carrera cuando descubrí el derecho del trabajo y la conexión con Recursos Humanos.

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